La sangría blanca es una bebida, en comparación con su “hermana” la sangría tinta, desconocida por la mayoría de las personas, pero no por esto puede dejar de convertirse en la protagonista de una buena comida o simplemente para pasar un buen momento.
Como en toda bebida a base de vino, debemos saber elegir los platos que mejor combinan con ella para hacer un maridaje de gran categoría y potenciar así su sabor y su aroma.
La sangría blanca encuentra en los quesos blancos y los mariscos una complementariedad excelente de sabores, por la suavidad gustativa de todos los elementos involucrados. Del mismo modo, un plato principal con el cual se puede servir esta bebida refrescante es una carne blanca de ave, especialmente aquellas preparadas con toques cítricos o especias. Bajo esta premisa, la dieta mediterránea se convierte en una aliada perfecta para este tipo de sangría.
Si se quiere degustar un menú más rápido y ligero, podemos optar por una ensalada de pasta, muy fresca y adaptable a todos los gustos a través de sus ingredientes. A esta opción le podemos incorporar, por ejemplo, unos deditos de pollo, pescado o queso para aportar el complemento perfecto y seguir armonizando con la sangría blanca.
Tal y como comentamos en el maridaje de sangrías tintas , debemos considerar que hoy en día se han roto muchos mitos sobre el maridaje de los vinos tinto y blanco, así como de las sangrías por su vínculo tan estrecho con estas bebidas. Es muy común presentar en la mesa una carne roja con una sangría blanca, o bien un pescado con la versión tinta. La clave está en destacar los sabores y aromas correctamente, de forma que se potencien unos a otros. Al final de cuentas todo depende del gusto particular del consumidor.
No solo con carne blanca
Los platos del mar son una apuesta segura, pero el maridaje con carnes blancas de ave es otro clásico: acompaña tus recetas de pollo, pato o pavo con la mejor sangría blanca.
Una ensalada de pasta es otra de las posibles mezclas, así como un aperitivo fresco. Además de la pasta, el arroz también es un maridaje que recomendamos con nuestra sangría blanca. La paella de mariscos es otra excelente opción.
El queso, querido amigo
Maridar esta variedad de sangría con quesos es otra de nuestras recomendaciones. Los que mejor casan son los quesos blandos, aunque no descartes tomarla con algún postre, como un pie de queso.
En definitiva, si quieres un sustituto con personalidad del vino, atrévete y prueba a servir sangría blanca.
«El vino consuela a los tristes, rejuvenece a los viejos, inspira a los jóvenes y alivia a los deprimidos del peso de sus preocupaciones”.
– Lord Byron.
